Museo CA2M Centro de Arte Dos de Mayo
Inventario AR0187
Clasificación Genérica Escultura
Autor/a Ortega, Damian (Lugar de nacimiento: México (c), 1967)
Título Obelisco
Materia/Soporte Fibra de vidrio
Base: Metal
Dimensiones Base: Diámetro base = 100 cm
Embalaje 1: Altura = 72 cm; Anchura = 600 cm; Grosor = 75 cm
Embalaje 2: Altura = 15 cm; Diámetro base = 100 cm
Obelisco: Altura = 600 cm; Anchura = 60 cm; Profundidad = 60 cm
Datación 2004
Descripción Los inicios de Damián Ortega como caricaturista político sentaron las bases de su metodología de producción: por un lado, cuando el juego de palabras se traslada a la escultura produce un desplazamiento en el significado de los objetos, generando equívocos de gran productividad política; por otro lado, el sentido del humor se convierte en una herramienta emocional de gestos mínimos con eficacia máxima. A finales de los años ochenta se unió a los Talleres de los Viernes en el estudio de Gabriel Orozco, reuniones informales entre artistas que darían lugar a un contexto de renovación del arte mexicano con enorme influencia en todo el contexto latinoamericano.

El Obelisco transportable fue producido a partir del Public Art Fund, una organización sin ánimo de lucro creada para encargar obras de arte público con la intención de llevar las prácticas artísticas contemporáneas a un público más amplio y diverso. Fue fundada en 1977 por Doris C. Freedman, la primera directora de Cultura de la ciudad de Nueva York y una de las impulsoras de la ley del 1 por ciento. A través del apoyo de esta asociación se han creado obras fundamentales de artistas como Anish Kapoor, Sol LeWitt, Franz West, Isa Genzken o las recientemente icónicas cataratas de Olafur Eliasson.

Instalado en el Doris C. Freedman Plaza entre mayo y agosto de 2007, el obelisco sobre ruedas es un agudo comentario sobre el desplazamiento de los centros en las grandes ciudades y sobre la consistencia de los símbolos de poder en el espacio de la ciudad. Ideados por la cultura egipcia, los obeliscos marcaban la entrada de los templos, pero ya el Imperio romano comenzó a desplazarlos desde África al centro de sus ciudades en una operación de signo colonial. En el siglo xix, Napoleón repitió el gesto para instalar un obelisco del templo de Luxor en la Place de la Concorde de París, como un símbolo de sus victorias militares, pero también para crear un hito urbano en la renovación urbanística de la capital francesa. Con estos flujos como contexto, el césped en la base móvil del obelisco de Ortega habla de un trasplante políticamente literal. (Catálogo de la exposición: "Hay cosas encerradas dentro de los muros que, si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo. Latinoamérica en las colecciones CA2M y Fundación ARCO")
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